Somos los espectadores en la mente dañada de una mujer que vuelve recursivamente
sobre un hecho traumático de su vida. El recurso del monólogo interior llevado a
escena tiene reverberancias beckettianas. Tres actrices interpretan momentos
diferentes en la vida de una mujer. La palabra enunciada es tratada como
movimiento. Ellas danzan en la música de las palabras creando efectos poéticos.
Margaritas en la ventana descansa en el excelente trabajo expresivo y corporal
de las actrices. Utilizando una rica variedad de recursos situándose entre la
danza-teatro y la manipulación del cuerpo como
títere"
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